lunes, 20 de agosto de 2007

A date that will live in infamy...

Hoy me armé y fumé tres cigarrillos con tabaco de vainilla. Además me fumé un Pall-Mall que compré suelto en un kiosco, frente al supermercado Norte (Que se niega a cambiar su nombre) cerca de casa. Para aquellos con el hábito, cuatro es una cantidad ridícula por la cual preocuparse. Yo siento que para mis jóvenes e inocentes pulmones es como un cruel castigo. Por ello dejo marcado, en las actas de mi vida, la compra de la bolsita del delicioso tabaco de vainilla para armar, como un día trágico en la historia. Y hago constar, en el blog, mi solemne promesa: Que no volveré a fumar, si no es esporádicamente y lejos de mis días de entrenamiento. Y (Quién sabe hace cuanto que vengo prometiendo esto) dejaré de ver porno del feo.

Archívese.

1 comentario:

Figurita repetida dijo...

Cortar con ambas cosas al mismo tiempo puede ser muy malo o tirarte directo a la droga o a mirar GH compulsivamente...
Creo que ninguna de las dos cosas en los momentos indicados y cuotas cuidadas, es tan malo