miércoles, 9 de enero de 2008

Leves sentimientos

Me olvidé el celular en casa de Jezabel, un día antes de que se fuera a Miramar. Esa noche la llamé y me propuso, en una desesperación que me causó mucha ternura, dejarlo en la portería de su edificio para que yo lo pasara a buscar al día siguiente.
Lo hice y me lo encontré envuelto en una bolsa blanca con corazoncitos rojos -Que vaya uno a saber de dónde sacó-, dentro de un sobre con caramelos de miel y una carta igual de dulce.
Por más lindos que sean, cualesquiera pensamientos que uno tenga sobre alguien siempre resultan algo crueles despues de un gesto como ese.

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